LA REVOLUCIÓN? O el devenir revolucionario? (*)
Teatros de transformación incluye, espontáneo, del oprimido, participativo, psicodrama… pueden pensarse como herramientas que se eligen en relación con la «realidad” en la que se decide una intervención?
En cualquiera de las opciones es necesario desplegar y atravesar un proceso de aprendizaje para disponer de las herramientas?
Las preguntas que nos habitan pueden pensarse como caminos que nos abren a múltiples y productivos recorridos?
Y resonar con las preguntas de otrxs a qué geografías nos llevan?
Diferenciar la Utopía marxista de sus herramientas de análisis y componer con las versiones que producen Deleuze y Guattari, sin renunciar a las herramientas de análisis pero criticando las experiencias concretas revolucionarias y los socialismos reales.
(*)Acontecimiento, devenir e historia (conversaciones) con Deleuze. Progresivamente me he ido sensibilizando hacia una posible distinción entre el devenir y la historia. Decía Nietzsche que no hay nada importante que no ocurra bajo una “nube no histórica”. No se trata de la contraposición entre lo histórico y lo eterno, ni entre la acción y la contemplación: Nietzsche se refiere a aquello que hace, al acontecimiento mismo o al devenir. Lo que la historia capta del acontecimiento son sus efectuaciones en estados de cosas, pero el acontecimiento, en su devenir, escapa a la historia. La historia no es la experimentación sino solamente el conjunto de condicione(prácticamente negativas) que hacen posible experimentar algo que escapa a la historia. En un gran libro de filosofía, Clio, Péguy explicaba que hay dos maneras de considerar el acontecimiento: una consiste en recorrerlo en toda su longitud, registrando su efectuación en la historia, sus condicionamientos y su degradación en la historia; la otra consiste en elevarse hasta el acontecimiento, instalarse en él como en un devenir, rejuvenecer y envejecer en él al mismo tiempo, atravesar todos sus componentes o singularidades. El devenir no es la historia, la historia designa únicamente el conjunto de condiciones (por muy recientes que sean) de las que hay que desprenderse para “devenir”, es decir, para crear algo nuevo. Exactamente lo que Nietzsche llamaba lo Intempestivo. Mayo del 68 fue la manifestación, la irrupción de un devenir en estado puro. (**) Hoy está de moda denunciar los horrores de la revolución. Y esto no es nuevo: todo el romanticismo inglés está lleno de reflexiones sobre Cromwell muy semejantes a las que hoy se hacen sobre Stalin. Se dice que las revoluciones no tienen porvenir. Pero ahí se mezclan siempre dos cosas distintas: el futuro histórico de las revoluciones y el devenir revolucionario de la gente. Ni siquiera se trata de la misma gente en los dos casos. La única oportunidad de los hombres está en el devenir revolucionario, es lo único que puede exorcizar la vergüenza o responder a lo intolerable.
Además:Seguir a un filósofo se trata de hacer algo con él, algo del propio trabajo y de existencia autónoma. No es un tema de comprensión y de acuerdo entre intelectuales, sino una cuestión de intensidad, de resonancia, de acorde en sentido musical.
(**) En 1984 Deleuze y Guattari dicen que mayo del 68 no existió, analizando que las experiencias de ese tiempo, no se materializaron en modificaciones institucionales y subjetivas que supusieran para Francia el cambio que proponían los movimientos del mayo internacionalmente reconocido. Y eso se lee en la “historia de las revoluciones” y el “devenir-revolucionario de la gente”. … síntomas que Deleuze y Guattari conceptualizan como “máquinas” (lo agregado es mío)
Oscar Bureau
Resonancias de la jornada de Junio de 2013.-