La Escena como Producción Estética

Por Adriana Zambrini y Daniel Vega

¿Qué trabajamos en una escena? ¿Los conflictos, los fantasmas…? Ahora, estos  ¿no son ya productos?

Si planteamos que los conflictos y los fantasmas ya son productos, quiero decir, que están normalizados, codificados, institucionalizados, éstos son representaciones y por lo tanto, pasibles de ser representados en una escena.

Pero ¿no son justamente por eso las normalizaciones, las formalizaciones del malestar que la institución prevé y puede controlar ?

Si fuera así podríamos haber actuado coayudando a normalizar un conflicto, a formalizarlo, a mayorizarlo. De este modo estaríamos operando sobre el plano de organización, tarea que en algunas circunstancias permite crear líneas flexibles que desmonten la rigidez de los enunciados como también, la captura de los cuerpos. Este movimiento no alcanza si sólo nos quedáramos en ello, para construir relaciones nuevas aún entre los mismos elementos.

Por eso nos planteamos componer con la potencia del arte, que radica justamente en la operación inversa: desformalizar las representaciones para liberarlas de significaciones únicas autorreferenciales.

Poner de manifiesto las potencias del devenir, crear nuevas representaciones móviles e inesperadas. Un modo de renunciar a la repetición tranquilizadora de lo Mismo, y abrirnos a lo incierto de lo otro.

Devenir minoritario a partir de variaciones singulares que fugan del patrón.

Presentificar las fuerzas presentes aún no formalizadas y a partir de variaciones o multiplicaciones crear otros sentidos.

Más que representar historias crear las condiciones para inventar historias.

“ la función del psicodrama no es la de interpretar los sueños, sino en crear las condiciones para que los hombres vuelvan a soñar “ Moreno.

* “ A la corta o a la larga, ya se sabe, los vientos del tiempo

Borrarán las huellas. …” Galeano

“ A los acontecimientos los produce el viento “ Deleuze

Pensaba que de tanto andar los “mismos” (eso creemos) caminos, en algún instante se produce el “ paso en falso” o el “falso” paso. Crear simulacros, allí donde Nietzsche encuentra “la potencia de lo falso”, en tanto lo producido se desvía de la copia.

Quedamos en “out side”, sancionados, fuera de juego, o mejor aún, en otro juego existencial.

Nos abrimos a nuevos relaciones, se metamorfosea el juego, éste es el primer paso que por desterritorialización y reterritorializaciòn, inaugura otro territorio.

Devenimos otros en otros juegos, casi sin percibirlo estamos en otras travesías.

Y no es Margarita que se convierte en Margot, ambas están tomadas en la misma línea, en el mismo agenciamiento, progreso o caída.

Creo que lo difícil, lo apasionante, el arte en la vida y en la coordinación de un grupo , es esa percepción, ese darse cuenta, de cuándo bajo la apariencia de un desvío, se camufla una defensa ante los vientos del acontecimiento que nos aguijonea.

Acontecimiento que se produce tanto en un movimiento grupal, con la lectura de un escrito, con el encontrarse diciendo otra palabra en una resonancia…….

Creo que muchas veces en que nos encontramos traduciendo, trayendo lo novedoso hacia nuestros esquemas familiares, lo hacemos para sentir la seguridad de pisar tierra conocida, y evitarnos la aventura de andar “ sin sentido”. Dice Deleuze que el mundo es interesante cuando deviene signo, ese afecto siempre del afuera que irrumpe en la monotonía de lo previsible, haciendo que un virtual, una intensidad, se actualice en la realidad siempre cambiante. Ya nada es lo mismo.

A muchos de los que transitamos los grupos tal vez algo de esto nos ocurra. (Sobretodo a los que tienen alguna experiencia grupal).

¿Como producir el tajo en ese encuentro? ¿Cómo estar en el lugar del coordinador vulnerable, de sujeto larvario? ¿Por qué en el instante del tajo que produce el acontecimiento podemos dejarnos llevar, o por el contrario, intentar suturarlo al poner el temblor solo del lado del otro?

Son interrogantes que nos surgen, y nos parece que sostenerlos es un modo de evitar ser repetidores o transmisores de lo establecido.

* Tal vez una cuestión es esta, tenemos un modo de entendernos con el mundo que esquemáticamente podemos plantearlo como un camino de evolución: primero un acercamiento empírico y sensitivo (olfateo, toco) y luego un acercamiento abstracto ( miro, analizo, pienso) para después con esos datos procesados, intervenir. Si podríamos fugarnos de ese modo y estar, habitar, un plan de experimentación, donde el mirar no sea exclusivo de la vista, el oír del oído y el tacto de la piel, y podamos sentir con la mirada, oir los colores, ver las fuerzas con la piel. De este modo componemos un plano de consistencia en donde en donde se expresa la singularidad para componer y relacionar los elementos, que van dibujando un campo de fuerzas e intensidades.

Una desterritorialización de los sentidos y del pensamiento. Tal vez a partir de esta desjerarquización de un modo de comprender, podamos fluir en medio de esa complejidad que es la vida, inclusive pasando por algunas instituciones, que tendrán otros flujos más…lentos, mas duros…

*

Partiendo de la idea de que la mayor parte de nuestra vida podríamos transitarla por instituciones duras, se me plantean los siguientes interrogantes: ¿ En el capitalismo, es posible la poética. ? y ¿ este interrogante qué efectos prácticos produce en nuestro cotidiano ?

De una manera muy general entiendo que el capitalismo produjo una desterritorialización de los flujos capturados por el modelo despótico-real del feudalismo. Pero como una contradicción propia de éste modelo, impulsa por un lado sus flujos al límite, y por otro los interrumpe al capturarlos, al reterritorializarlos en el régimen burgués. Convoca al deseo para luego axiomatizarlo, y de éste modo poder controlarlo.

La propuesta es entonces la desterritorialización, la descaptura, la liberación de esos flujos recapturados, para reterritorializar en agenciamientos que compongan redes de conexiones múltiples.

De este modo, el plano de representación produce nuevas representaciones móviles y cambiantes que nos abren a una multiplicidad de sentidos. El contrapunto con la realidad deja de necesitar identidades fijas, para devenir una red de conexiones inéditas.

Es el esquizo, el revolucionario quien hace pasar esos flujos, quien escapa a la captura de la edipidización, quien traza una línea de fuga, quien “ ….hace un tajo en el cielo de las representaciones establecidas, haciendo pasar un rayo de caos….“ ( laurence).

De ahí la propuesta del Esquizoanalisis., de cartografiar las líneas de una vida…..

Una línea de fuga debe tener intensidad, fuerza, debe ser una máquina de guerra en sus comienzos. Pero si no encuentra la posibilidad de crear un plano de consistencia mínimo, una reterritorialización ,una recodificación , un cambio de régimen de signos, se vuelve línea arrojada al vacío, la locura , la muerte.

El neurótico sería aquel que no “atravesó la pared,” que choca y vuelve.

En la misma malla que captura, hay intersticios, hay bordes por donde escapar de la captura significante.

El arte, como creación de nuevos mundos, como acto poiético, tiene la potencia de descapturar, de desterritorializar flujos de intensidades y hacerlos pasar por esos bordes, por esos intersticios, inventando, amplificando nuevos mundos. El arte como la acción creadora que hace, de los elementos funcionales a un territorio, medios de expresión y construyen “paisajes melódicos” que crean nuevos posibles.

El arte como el tajo en el cielo de los significantes establecidos, el artista como el puñalero… Siempre hay una grieta. O mejor aún creo que la grieta la producimos cuando pasamos.

Tal vez sea el inicio de un proceso.

El sentir, el afectarse y afectar inician un proceso en el cual el pensar y la acción componen un movimiento común. Un contrapunto que deviene un ritmo existencial. Un ritornello.

Uno puede pensar y actuar en base a conceptos apropiados, que no es otra cosa que hacer propios, incluir en la propia máquina esos conceptos de otros, que tal vez hasta cambien de naturaleza, siendo la punta para la creación de otros nuevos. Conceptos, ideas, enunciados siempre colectivos, que se mezclan y se metamorfosean entre sí, modelando nuestra superficie de subjetivación.

Sólo pensamos a partir de una afectación, de lo contrario el pensamiento reflexiona y vuelve sobre sí mismo en una repetición sin diferencia. Cuando nos dejamos afectar por los signos, el pensamiento es violentado a pensar lo aún no pensado. Habitamos así, nuevas semióticas que nos abren a una multiplicidad de sentidos. Pensar y sentir, dos naturalezas que se desterritorializan y reterritorializan una en la otra. No hay una dicotomía mente cuerpo, sino por el contrario una implicancia en permanente devenir.

Cuando el cuerpo se abre a la experimentación, la conciencia deviene una cabeza buscadora.

Suelly Rolnick, Nietzche, y el tango lo plantean: Solo piensa profundo quien siente hondo.

¿Se puede pensar que habría un real velado, significado e imaginarizado? ¿Un real fallado, o un real a producir?

Un real, un afuera que es la multiplicidad misma de la potencia, un virtual que espera ser actualizado. Lo intempestivo.

¿La neurosis como tramas de significantes, de imágenes, de sentidos que insisten en la repetición de lo mismo?

* Recordaba el cuento “las mil y una noche “, donde “la verdad“no está en cuento alguno, sino en la demora del próximo. La verdad inasible entre la vida y la muerte. Suma de todos los cuentos.

Las escenas relatadas, las vistas, las vividas se multiplican en mi cabeza en otras y así al infinito. Nunca se llega a la “ verdad “ .

Como “ Las mil y una noche” , que eran “ mil y una “ porque en esa época el número mil era inimaginable, entonces mil y una eran más allá de lo imaginable.

Salud mental, arte y naturaleza. Del barro venimos y al barro vamos. Es probable que andemos el camino embarrados, siendo materia moldeable para otros, o que los estremecimientos de la vida nos sacudan las formas cristalizadas en nuestro cuerpo. (individuación. Simondon)

Deleuze nos dice, lo importante es el medio, ni el principio ni el fin, el camino. Como lo andamos.

Y nuestro andar, nuestras demoras, nuestra cadencia, nuestras velocidades, son nuestro arte

Nuestra estética cotidiana es nuestra forma de afectarnos y de afectar a otros, nuestra manera de encontrarnos, de entrar en complicidades. Nunca será gratuito, toda implicación tiene consecuencias. Cuando me afirmo en mi modo de andar la vida, decido unas cartografías por sobre otras, mi cuerpo junto a otros inventaran lugares por donde pasear, podrán ser expulsados, recuperados, ordenados, tabulados, estudiados……deberíamos encontrar por donde fugarnos, o mejor inventar ese otro camino aun no existente.

Si acepto el rótulo puedo circular gratis, sin responsabilidad. Pienso cuántas veces en la vida se plantea la misma encrucijada.

El invento artístico muchas veces esta en el modo de agenciar un territorio existencial para construir un plano de consistencia donde pudieran transitar las infancias, las historias, los cotidianos y los sueños.

Nos hallamos en el pasaje de una época, la modernidad, a otra, llamada por algunos posmodernidad. Este pasaje nos encuentra en una geografía y un momento histórico singular, con la inclusión de nuevas voces sociales que producen sus propios movimientos, muchas veces inéditos. Aparece un cuerpo colectivo que deviene sujeto de una biopolítica que produce sus propios enunciados, desestabilizando certezas que parecían inamovibles.

Pasar de un biopoder a una biopolítica.

En un momento de nuevos territorios existenciales, surge la necesidad de pensar otros modos “del ser con otros”, como dice Guattari, nuevas maneras de implicarnos como elementos activos de la naturaleza. De sentir y pensar.

La realidad, siempre móvil y cambiante, hoy nos enfrenta a otras preguntas y a crear otras respuestas que incluyan a la vida como eje y no al interés.

¿Podremos liberar al poder de la potestad para que devenga potencia?

¿Cómo desterritorializar entonces, al socialismo de los socialismos reales conocidos, para recuperar o mejor aún, para una nueva potencia?

Estos interrogantes convocan nuestros sentires, nuestros saberes a un trabajo militante de resistencia, esto es, en la creación de microterritorios productores de subjetividad.

Microterritorios donde se puedan desinvisibilizar los procesos de captura en las significaciones hegemónicas, la desnaturalización de los procesos de violencia y deshumanización, la invención de otros sentidos.

¿Cómo? hay algunas ideas, trazos, líneas, con las que se van bosquejando, componiendo “dispositivos fechados”, situacionales, para un entre nosotros, aquí y ahora.

Una ecosofía, nos propone Guattari.

Nos estamos perdiendo el mundo, nos advierte Deleuze.

Pavlovsky nos plantea una ética del acto.

Nosotros nos proponemos una ética de la acción. Una inmanencia de la acción, de presencias implicadas en un aquí y ahora entre nosotros, creación de microterritorios existenciales donde se habiliten nuevos juegos, nuevos modos de relación, nuevos otros.
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